Alojamiento y desayuno en Palermo Monasterios

Capital de Sicilia, la vibrante Palermo se encuentra en una llanura costera en el noroeste de la isla. Caótica, ruidosa, deteriorada y agotadora, ésta es una ciudad fascinante, con una rica historia. Sus principales lugares de interés datan del siglo XII, ejemplos únicos del arte y la arquitectura árabe-normanda, e incluyen las iglesias de San Cataldo y La Martorana. Contemporánea de estos es la Cappella Palatina decorada con mosaicos brillantes en el Palazzo dei Normanni, construida por los árabes en el siglo IX y ampliada en el XII, y la Cattedrale.

No se pierda los edificios barrocos del siglo XVII de la ciudad, su exuberante mercado de Vucciria, repleto de aromas y colores, y el Museo Arqueológico Regional, con su magnífica colección de escultura griega. Para algo diferente, diríjase al Convento dei Cappuccini, donde se conservan más de 8.000 cadáveres en pasillos subterráneos, o relájese en las playas de Mondello.

Fundada en el siglo VIII por los fenicios y ocupada por griegos, romanos y bizantinos, Palermo se convirtió en una potencia árabe en el año 832 d. C. y siguió siendo la capital del Emirato de Sicilia hasta 1072. Durante todo este período fue una ciudad musulmana, un foco importante. de la civilización en una época en la que la mayor parte de Europa luchaba por atravesar la edad oscura. Como en España, los árabes gobernaron con un toque ligero, permitiendo la libertad de culto a otras religiones y fomentando la erudición y la ciencia musulmana, judía y cristiana. Eran administradores capaces e introdujeron nuevos cultivos y métodos agrícolas en Sicilia.

Sin embargo, la dinastía gobernante se vio cada vez más dividida por las disputas, lo que permitió a los normandos, bajo el mando de Roberto Guiscardo, retomar Palermo en 1130, restableciendo el cristianismo como religión oficial. Los normandos eran tan tolerantes como los árabes, y fue durante su gobierno, de 1103 a 1194, cuando floreció la singular civilización árabe-normanda, de mentalidad abierta y culta. Los principales lugares de interés y tesoros artísticos de Palermo datan de este período.