Cork es una ciudad vibrante, con un ambiente acogedor.
Cork fue una vez una ciudad enteramente amurallada, con puertas fortificadas en lo que ahora se conocen como puentes de las puertas norte y sur, aunque solo existen pequeñas secciones de las fortificaciones originales. Se descubrió una sección de la muralla de la ciudad que data del siglo XVII, junto con artefactos de la época, ahora expuestos en el Museo Público de Cork.
En el corazón de la ciudad de Cork y con una llamativa fuente en el centro, este peculiar mercado de alimentos techado se comercializa desde 1788. Panes artesanales, frutas y mariscos recién pescados son solo algunas de las especialidades que se ofrecen. Es el mercado de este tipo más antiguo de Europa e incluso cuenta con el Sello Real de Aprobación, que le fue concedido en 2011 cuando invitaron a la reina Isabel II a pasear por sus puestos artesanales.
No muy lejos de St. Anne's se encuentra otra de las atracciones de la ciudad de Cork, la atmosférica e histórica City Gaol, que abrió sus puertas en 1824 y cerró en 1923. Originalmente, la prisión albergaba prisioneros tanto hombres como mujeres que cometían delitos dentro de los límites de la ciudad. El complejo ha sido restaurado y abierto al público desde 1993.
No se pierda el Festival de Jazz Guinness Cork que acoge cada año en octubre a cientos de músicos de jazz y miles de aficionados a la música de todo el mundo. Mostrando lo mejor de los músicos irlandeses y extranjeros en un programa ecléctico de cuatro días de jazz y música inspirada en el jazz en más de 70 lugares en toda la ciudad.
Viajar
Debido al estacionamiento limitado, la mejor manera de ver Cork es a pie, pero no intentes hacerlo todo en un día. La parte central de la ciudad puede fácilmente tomar un día para explorar.
Sin embargo, la ciudad utiliza «Bicicletas compartidas», que son bicicletas de alquiler que le permitirán explorar la ciudad de forma más rápida y sencilla.
La ciudad también ofrece una excelente red de autobuses desde la estación de autobuses de Parnell Place a todas partes de la ciudad, sus suburbios y pueblos cercanos.
La forma más sencilla de desplazarse por Cork es en coche o en moto. Tendrás la libertad no sólo de ver las principales atracciones, sino también de salirte de los "caminos trillados" y descubrir joyas escondidas. Pero si te quedas en la ciudad, asegúrate de tener un aparcamiento disponible durante tu estancia.