En 1954, los monjes adquirieron un castillo abandonado del siglo XIX, adyacente al monasterio y a su iglesia del siglo XII. Se pueden apreciar vestigios de la iglesia original en el campanario y el ábside, que alberga un precioso crucifijo de madera realizado por un escultor desconocido del siglo XII. De diseño oriental, la cruz de 3 x 3 metros es una imponente obra de arte.
92 habitaciones, 86 de ellas con baño privado. Las habitaciones pueden configurarse como individuales, dobles, triples y cuádruples. Se proporcionan toallas y ropa de cama.
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