El santuario se fundó alrededor del siglo XIII tras la aparición de la Virgen María a un criminal. A pesar de las vicisitudes que lo aquejaron a lo largo de los siglos, se ha convertido en un popular lugar de peregrinación. Las hermanas de Notre-Dame de la Salette gestionan la institución y ofrecen hospitalidad a visitantes y peregrinos.
El alojamiento dispone de 35 a 75 camas (según la temporada) en 53 habitaciones individuales y dobles y un dormitorio con 10 camas. Los baños son mayoritariamente compartidos. Algunas habitaciones tienen baño privado.
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