Aunque la orden vive en reclusión, el palacio original (ahora casa de huéspedes) y la capilla están abiertos a los visitantes.
La casa de huéspedes de tres plantas cuenta con 25 camas en habitaciones individuales y dobles, cada una con baño privado. Se admiten hombres y mujeres. Las monjas también ofrecen hospitalidad a grupos de académicos o estudiantes para cursos organizados.
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